Pero todavía más tardíamente, no lejana ya la fecha de su muerte, seguía sin conseguir haber hecho más aceptables para los espectadores sus producciones dramáticas, Así lo hace saber José Montero Alonso en una entrevista realizada en 1930 y publicada en La Novela de Hoy: "Yo escribo de forma escénica, dialogada, casi siempre. Pero no me preocupa que las obras puedan ser o no representadas más adelante".
Esta dificultad de de representación a la que me refiero, inherente, cabe afirmar, a toda la producción dramática valleinclanesca no es tan ajena a Divinas Palabras, la obra, junto a Luces de Bohemia, más conocida y aplaudida por el público actual.
Divinas Palabras vio la luz en 1920, en los folletones del diario El Sol, apareciendo después como libro independiente en ese mismo año, editado por la tipografía Yagües. 1920 es una fecha clave en la producción literaria de don Ramón. Durante ese año se publicaron algunas de las mejores obras del escritor gallego.
El escritor (cumplidos ya los 50 años) se encontraba en plena madurez literaria e artística. Sin embargo, Valle no consiguió llevar a la escena su Divinas Palabras. Y no lo consiguió hasta trece años más tarde.
Tras una lectura pública, celebrada el 24 de marzo de 1933, la obra se estrenó el 16 de noviembre de 1933 en el Teatro Español de Madrid. Fue llevada a cabo la representación por la compañía de Margarita Xirgu y Enrique Borrás, la escenografía fue encargada a Castelao y la adaptación y dirección a Cipriano Rivas Cherif.
Mas de nuevo el éxito se le escapa. La obra vuelve a ser "obra de una noche" y no dura en cartelera siquiera unos días. Un crítico de dicha velada, Juan Chabás, así lo refiere: "La obra de Valle Inclán no gustó al público. Le aplaudió sin gran entusiasmo, y no faltaron protestas irreverentes". Así también recuerda, amargamente, Luis Cernuda una noche de representación de la obra: " No olvidaré una noche de segunda representación en el Teatro Español de Madrid de Divinas Palabras. Apenas sí asistían unos pocos espectadores, ocuparon algunas butacas de las dos primeras filas".
Las cosas habían de ser de manera muy diferente en el importante reestreno de la obra llevado a cabo en Madrid, el 17 de Noviembre de 1961. El local elegido para esta ocasión fue el Teatro Bellas Artes y la adaptación corrió a cargo de Gonzalo Torrente Ballester. Dirigidos por José Tamayo, los actores de la compañía Lope de Vega, Nati Mistral, Manuel Dicenta, Alberto Mendoza ... lograron un éxito total, completo, haciendo conocer por fin al público a don Ramón como autor teatral.
El existo, como vemos, fue de auténtica excepción. El sentido d la obra valleinclanesca parecía ya calar en la mente de los espectadores españoles. No hay que olvidar sin embargo, que a esa revalorización de Valle contribuyeron diversos factores. Fue debida, en primer lugar, a la propia y enorme valía de la obra dele escritor gallego, pero también a la evolución del espectador teatral, ya más acostumbrado a obras innovadoras, que se salen del tipo de teatro predominante durante mucho tiempo en las carteleras españolas. Contribuyó también el hecho del mayor acercamiento al gran público de las obras de Valle. Precisamente a partir de 1960 empezó a reeditarse en colecciones de gran difusión gran parte de su corpus literario, ya, en algunos casos difícil de encontrar.
También de merece la pena destacar ene este sentido las llamadas de atención que desde diversos medios hicieron escritores, críticos e intelectuales del momento, creando un clima de aceptación y reconocimiento de la producción valleinclanesca.
Divinas Palabras es considerada en lineas generales por la crítica como la obra que sigue el camino iniciado por Valle con las Comedias Bárbaras, donde Galicia es el fondo es el fondo en el que se desarrolla toda la acción. El escritor gallego ha abandonado ya casi por completo reminiscencias y elementos que unían sus creaciones anteriores con una tradición aristocrática decadente.
Representaciones más destacadas
La obra fue
estrenada el 16 de noviembre de 1933 en el Teatro
Español de Madrid, dirigida por Cipriano Rivas Cherif y
con Margarita Xirgú, Enrique Borrás y Amalia Sánchez
Ariño en los principales papeles.
En 1950 fue
llevada a escena por Ingmar Bergman en Estocolmo.
En 1961, José
Tamayo la dirige con Nati Mistral, Manuel Dicenta,
Milagros
Leal, y Carlos Ballesteros en los papeles principales. José
Tamayo la volvería a llevar a escena
en 1969 con Mary Carrillo y Manuel Galiana entre
otros y en 1998 con Kiti Manver, Pedro Mari
Sánchez y Alicia Hermida en los papeles más destacados.
En 1963 fue
dirigida por el mexicano Juan Ibáñez que
la estrenaría en México, teatro El
Caballito; posteriormente en 1964 en
el Festival de Nancy (Francia).
En 1964 se
presentó en Buenos Aires, dirigida
por Jorge Lavelli y con María
Casares en el papel de Mari Gaila.
En 1976 el
argentino Víctor García la
dirigió con Nuria Espert en el
papel protagonista
José Carlos
Plaza la ha dirigido en dos ocasiones:
en 1976 para el grupo
vasco Orain y en versión operística en 1997 con música de Antón García Abril, estrenada en el Teatro Real de Madrid.
En 1986, Jose
Tamayo la vuelve a dirigir con un reparto
que incluye a Nati Mistral, Manuel
Gallardo, Maria Guerrero, Elisenda Rivas,
Joaquin Molina, Juanjo Menendez.
En 1998 Atalaya Teatro, con la dirección de Ricardo
Iniesta, realiza un montaje que se mantendrá en
gira hasta 2011 cerrando la
misma en Pekin.
En 2006 Gerardo
Vera la dirige para el Centro
Dramático Nacional con Julieta
Serrano y Alicia Hermida en los papeles principales.
Versiones cinematográficas
§ Divinas palabras (México, 1978). Ficha
técnica.
Adaptación: Juan Ibáñez. Director: Juan
Ibáñez.
§ Divinas palabras (España, 1987). Ficha
técnica.
Adaptación: José Luis García Sánchez y Enrique
Llovet. Director: José Luis García Sánchez.
Versiones
operísticas
§ Divinas palabras (1992,
estreno: Madrid: Teatro Real, 18 de octubre de 1997).
Libreto: Francisco Nieva. Música: Antón
García Abril.
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